Para conseguir que la República Checa apruebe el Tratado de Lisboa, la U.E. ha tenido que aceptar la condición del presidente checo de aprobar una cláusula que deroga la aplicación de la Carta de Derechos Fundamentales en la República Checa. La razón se explica claramente en el recorte de El País digital.
Esta noticia es la continuación de otras que he puesto recientemente sobre el tortuoso camino de la ratificación del Tratado de Lisboa.
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